Quienes atraviesan la puerta de Fogón Cocina de Viñedo descubren un espacio donde la madera maciza y el hierro forjado estructuran tanto el ambiente como la propuesta culinaria. La luz, filtrada a través de ventanales que enmarcan los viñedos mendocinos, resbala sobre mesas pulidas y tiñe de tonos dorados los muros, recordando el sol sobre la cordillera al atardecer. Más que decoración, el entorno parece una extensión del paisaje, una invitación a experimentar los materiales y matices del terruño en cada rincón.
En el corazón de la sala la parrilla, expuesta y viva, monopoliza la atención. No se trata solo de un despliegue técnico; las llamas ofrecen un espectáculo sencillo y elemental, preludio de una cocina centrada en la autenticidad del fuego. El menú se apoya en cortes precisos de carnes como el ojo de bife y el costillar; la técnica al asador se nutre de una búsqueda constante de nuevas texturas y matices ahumados. Más allá de la carne, el juego de brasas alcanza también a verduras de estación, cuyo dulzor natural y aromas terrosos se realzan al contacto con el fuego, componiendo platos de equilibrio sutil.
El diálogo con el entorno es palpable. Cada ingrediente es elegido según la temporada y el origen, dando lugar a preparaciones donde la identidad local adquiere protagonismo. Las guarniciones cambian al ritmo de la cosecha: ensaladas frescas y hierbas de los valles mendocinos —crujientes, aromáticas, apenas intervenidas— acompañan los cortes con una sobriedad que evita protagonismos innecesarios. A ese rigor en la materia prima se suma la mesura en la presentación: los platos llegan sin adornos superfluos, dejando que los colores del fuego y los jugos resalten la esencia de cada bocado.
La bodega, a su vez, refleja la diversidad y la personalidad del vino argentino, con selecciones que invitan a descubrir pequeños productores junto a etiquetas consagradas. Esta integración entre cocina y viñedo es parte de la filosofía del chef, quien define su estilo como una exploración del asado argentino, despojado de artificios y anclado en el producto local y las técnicas de cocción ancestrales.
El resultado es una propuesta en la que cada detalle, desde el aroma persistente de la leña hasta la alusión visual a los viñedos, compone una experiencia de inmersión sensorial. Fogón Cocina de Viñedo no busca la espectacularidad sino una honestidad culinaria sostenida en el tiempo y el lugar al que pertenece.