Un paseo por los espacios de 5 Suelos - Cocina de Finca supone adentrarse en una narrativa silenciosa que surge de la tierra mendocina y se expresa, sin grandilocuencia, en cada rincón y en cada plato. La madera sin pulir y la terracota remiten con sutileza a la estética de los galpones rurales que salpican las fincas de la región. Desde los amplios ventanales, la mirada se posa en un mar de viñedos; la luz natural, dosificada y translúcida, aporta calidez sin saturar, envolviendo la sala en una atmósfera serena que invita a la contemplación.
La carta del restaurante surge de una filosofía de intervención mínima: los ingredientes, elegidos casi siempre en un radio cercano, llegan al comensal sin ornamento excesivo y con toda su expresión intacta. El chef apuesta por el equilibrio entre la rusticidad de la cocina de finca y una sobria contemporaneidad. Destacan composiciones en las que las verduras cosechadas esa mañana mantienen su textura y sabor, colaborando con carnes locales y panes de masa madre elaborados en el propio establecimiento. No se perciben artificios, solo una atención meticulosa en los puntos de cocción y en la selección de hierbas y aceites que refuerzan, sin enmascarar, la personalidad de cada ingrediente.
La presentación de los platos huye de la ostentación. El uso de vajilla artesanal en tonos terrosos refuerza ese diálogo constante con el terroir, mostrando colores que evocan los suelos pedregosos y rojizos del lugar. El cordero a baja temperatura, acompañado por una emulsión de hierbas autóctonas, destaca como plato emblemático: la carne, tierna y aromática, deja entrever los matices de humo y campo que se respiran en todo el entorno. Ensaladas de tomates reliquia, hojas silvestres y semillas tostadas ilustran la capacidad del chef para desplegar capas de sabor con gestos minúsculos y precisos.
El aire en la sala transporta aromas de cocciones lentas, sutiles notas de leña y de hortalizas frescas. La carta de vinos, cuidadosamente comisariada, se alínea con la propuesta, resaltando uvas y bodegas que integran la experiencia con discreción y sentido de pertenencia. Así, en 5 Suelos, la cocina de finca adquiere un protagonismo sobrio y exacto, donde cada elemento encuentra su propósito y el comensal se conecta, casi sin advertirlo, con los ritmos y sabores esenciales de Mendoza.