En el corazón palpitante de São Paulo, Mondo se revela como un espacio donde la gastronomía contemporánea adquiere un cariz propio, lejos de las etiquetas habituales. En la Rua Oscar Freire, su presencia discreta se funde con la ciudad, pero basta cruzar el umbral para percibir un cambio de atmósfera: la luz natural infiltra el salón durante el día, suavizada después por una iluminación tenue que acentúa las texturas de la madera, la piedra y los metales pulidos. La decoración mantiene un equilibrio entre la modernidad y la sobriedad, dejando que las piezas de arte contemporáneo se entretejan discretamente en el conjunto, sin estridencias. El mobiliario, de líneas puras y materiales nobles, acompaña el ambiente sin competir con las mesas.
Mondo ha sido reconocido en la guía Michelin, y su propuesta se aleja de cualquier obviedad. El chef responde al reto de la ciudad con un enfoque cosmopolita, en constante diálogo entre la tradición local y la inspiración internacional. Esa combinación se percibe desde la carta: ingredientes brasileños —tubérculos, pescados del litoral, frutas amazónicas— se integran con productos de otras latitudes en construcciones inesperadas. La cocina juega con las estaciones, actualizando platillos según la disponibilidad y el frescor de la materia prima.
En el plato, el rigor técnico se traduce en formas sutiles: uno puede encontrar, por ejemplo, raíces locales transformadas en cremas aéreas y acompañadas de mariscos en punto exacto, con fondos ácidos que equilibran el dulzor natural de los vegetales. Los platos principales exploran técnicas como la cocción al vacío o asados precisos, donde la proteína —puede ser un pescado de aguas brasileñas o un corte de caza— se conjuga con salsas de reducción prolongada, impregnadas de especias autóctonas o matices de fermentados suaves.
La estética está presente en cada detalle, pero sin caer en el artificio: las composiciones son visualmente armónicas, aprovechando el contraste de colores entre los ingredientes y una vajilla contemporánea cuidadosamente seleccionada para resaltar las texturas y matices de cada elemento.
La carta de vinos, pensada en sintonía con la propuesta del menú, incorpora etiquetas brasileñas e internacionales, acompañando la variedad de sabores y la profundidad de las preparaciones. En Mondo, la filosofía del chef gira en torno a explorar lo nuevo sin renegar de la raíz, articulando una narrativa culinaria en la que cada plato busca sorprender desde la técnica, la materia prima y la estética. Así, el restaurante se erige como punto de referencia para quienes comprenden la cocina como un territorio de exploración responsable y sofisticada.