La energía característica de Palermo Hollywood encuentra en Sacro un pausa reflexiva y sofisticada, donde el bullicio urbano se atenúa tras la puerta y la escena cambia completamente. El espacio convence desde el primer instante, con una atmósfera que privilegia la madera en tonos miel y acentos de arte contemporáneo cuidadosamente seleccionados: esculturas y murales discretos dan lugar a una convivencia serena con la naturaleza. En cada rincón, helechos y plantas trepanadas aportan frescor y sugieren continuidad entre interior y exterior. Una luz delicada, matizada para cada momento del día, acompaña los movimientos de los comensales y desdibuja los límites del tiempo; la sensación es de refugio y calma, ideal para entregarse al ritual gastronómico.
La cocina de Sacro es una declaración audaz en una ciudad donde la tradición carnívora suele marcar la impronta culinaria. En este restaurante vegetariano, la innovación no es un gesto circunstancial, sino la base de una identidad cimentada en el respeto por la materia prima. El chef —fiel a una filosofía de respeto absoluto al producto y a los ciclos de la naturaleza— concibe cada plato como una exploración del potencial de los ingredientes vegetales locales, prescindiendo de atajos y simulacros para crear sabores y texturas que se sostienen en sus propios méritos. El resultado es una propuesta contemporánea, dinámica, siempre atenta a la temporalidad y a las posibilidades que ofrecen granos ancestrales, hongos de estación y verduras criollas.
La carta revela una inquietud evidente por las técnicas de cocción lenta, fermentaciones artesanales y asados al rescoldo. Estos métodos aportan capas de complejidad: un tártaro de remolacha ahumada logra intensidad profunda sin perder frescura; una reinterpretación de las pakoras crujientes exhibe equilibrio entre especias y vegetales de estación; el kimchi casero emerge como compañía habitual en el menú, sumando matices ácidos y picantes. Las presentaciones, por su parte, responden a una lógica minimalista, donde cada elemento está pensado para resaltar la esencia del ingrediente, enfatizando texturas y colores sin artificios.
Mencionado en la guía Michelin, Sacro se ha consolidado como uno de los exponentes más atractivos del movimiento vegetal en Buenos Aires. Su visión trasciende la clasificación clásica del vegetarianismo y propone un discurso sensorial y estético que domina con solidez cada aspecto de la experiencia, posicionándolo como una referencia ineludible para quienes exploran nuevas perspectivas de la alta cocina porteña.
