Hay lugares en los que el paisaje parece filtrarse por cada rendija, determinando no solo la atmósfera sino también la manera en que se entiende la cocina. Zonda Cocina de Paisaje es un ejemplo preciso de este fenómeno: aquí, la geografía mendocina marca el pulso del menú, pero de una forma que va más allá del simple homenaje. El espacio sorprende primero por su integración con el entorno: los ventanales enmarcan las hileras de viñas y la luz mendocina baña los salones, acentuando la calidez de la madera oscura y el peso atemporal de la piedra, elementos que insinúan una conexión genuina con la tierra y la historia de la región.
La propuesta culinaria, liderada por Augusto García, rehúye la estridencia y se define por una búsqueda sutil: capturar el sabor esencial de la cocina argentina y llevarlo a un plano contemporáneo, sin forzar discursos ni artificios. Bajo su mirada, ingredientes locales como la trucha andina, las raíces asadas al fuego y los cortes madurados de vaca encuentran una reinterpretación serena, donde la técnica moderna acompaña –nunca eclipsa– la nobleza de la materia prima. Fermentados caseros, jugos intensos y pequeñas emulsiones funcionan como hilos invisibles que conectan cada plato con el paisaje inmediato y con el pasado culinario de Mendoza.
En Zonda, la presentación de los platos se aleja de la rigidez tradicional y reúne colores y formas inspirados directamente en el entorno: el verde olivo, los tonos terrosos, el anaranjado brillante de las hortalizas asadas. Cada emplatado parece buscar el equilibrio entre el rigor ordenado y la espontaneidad orgánica de la naturaleza, extendiendo la experiencia más allá del gusto y comprometiendo también la vista y el olfato. Se percibe una clara intención de que cada elemento en el plato dialogue estéticamente con el espacio y con la identidad local.
El vínculo con la bodega resulta otro eje de la propuesta. Los vinos cuidadosamente seleccionados no solo realzan sabores, sino que contribuyen a la narrativa general del restaurante: la idea de un diálogo constante entre pasado y presente, entre lo canónico y lo experimental. El perfil creativo del equipo cocina se desliza sin aspavientos hacia una culinaria que respeta la memoria gustativa de la región, mientras se atreve a renovar su lenguaje.
Zonda Cocina de Paisaje se distingue así por transformar el paisaje en experiencia, presentando una versión depurada y contemporánea de la cocina mendocina que habla al mismo tiempo de pertenencia y de búsqueda.