En los rincones de Higienópolis, entre edificios antiguos y la animación discreta de las calles, Ici Bistrô ofrece un viaje a través de la memoria gustativa de la Francia contemporánea. Al atravesar la entrada, el ambiente parece murmurar historias del París tradicional, pero con una modernidad integrada en cada detalle. La luz, cuidadosamente filtrada, otorga una calidez envolvente; la madera oscurecida del mobiliario invita a quedarse y, sobre las mesas, vajillas de líneas sobrias enmarcan la experiencia en un aura de refinamiento sin excesos. Fotografías en blanco y negro y discretos elementos de inspiración Art Nouveau confieren identidad al espacio, donde la atmósfera se define por una elegancia contenida y sin ostentación.
La propuesta de cocina en Ici Bistrô es elogiada por su rigor técnico y su visión autoral. La carta, firmemente anclada en el recetario francés, no busca replicar fórmulas antiguas sino reelaborarlas desde los ingredientes locales más frescos. Aquello que podría ser interpretado como una simple fidelidad a la tradición—sopas gratinadas, patos sellados, salsas al vino—adquiere mayor profundidad cuando aparecen matices contemporáneos: contrastes de textura, equilibrios bien calculados de acidez y dulzor, y la voluntad de ofrecer sabores de capas limpias y prolongadas.
Destaca la forma en que el chef concibe el acto de cocinar: como una práctica meticulosa y, al mismo tiempo, un espacio de libertad creativa. La mantequilla y los panes, elaborados en casa cada día, hacen evidente la búsqueda constante de autenticidad. Entre los platos que han ganado fama, el magret de pato con reducción de vino tinto es un ejemplo de equilibrio entre potencia y sutileza; en el otro extremo, la sopa de cebolla gratinada demuestra el manejo del tiempo y los contrastes, evitando tanto la pesadez como la liviandad superficial. Los postres mantienen el hilo conductor: un clásico crème brûlée, con su delgada corteza azucarada y su centro untuoso, resume la precisión inherente al trabajo del equipo de cocina.
El reconocimiento de la Guía Michelin no solo avala la consistencia del restaurante, sino que también señala la seriedad de su propuesta: Ici Bistrô no se deja llevar por tendencias efímeras ni por la nostalgia estática. Su filosofía se basa en la destilación de lo esencial, buscando que cada elemento servida transmita respeto por las raíces y apertura hacia nuevos matices. Aquí, el pasado y el presente de la cocina francesa se entrelazan, revelando una sofisticación atemporal que invita al comensal, discretamente, a regresar.
