Renacer ofrece una mirada fresca y contemporánea sobre la cocina mendocina, fusionando tradición e innovación con una identidad propia que se siente desde el primer paso en su sala. En este espacio, la calidez toma forma en paredes de tonos terrosos y una iluminación calculada que baña con suavidad mesas de madera robusta. Detalles como la cerámica artesanal, los lienzos de artistas locales y la disposición geométrica de los espacios invitan a perder la prisa, generando un ambiente donde cada elemento parece contar una parte de la historia de Mendoza.
El chef, comprometido con una filosofía que privilegia el producto local y la sostenibilidad, orienta su propuesta hacia una cocina de raíces reconocibles pero ejecutada con precisión contemporánea. En la carta prevalecen ingredientes que dialogan con el entorno mendocino: carnes de pastura, vegetales de huertas cercanas y el juego sutil de hierbas autóctonas. La elaboración revela un respeto palpable por la materia prima, que se traduce en sabores nítidos y texturas cuidadas.
La presentación, lejos de la ostentación, apuesta por una estética limpia donde el color de los tomates recién cosechados o el verde vibrante de un aceite de albahaca conducen la mirada sin protagonismos superfluos. Una vajilla rústica, propia de la región, sostiene cada plato, reforzando esa conexión sensorial con el territorio. La carta es dinámica, adaptándose a la temporalidad de los ingredientes, y permite descubrir platos como un lomo curado acompañado de emulsión de mostaza silvestre o vegetales asados que llevan a la mesa el perfume de la tierra mendocina.
Los aromas se suceden entre recuerdos a leña y sutiles notas ahumadas, evocando paisajes rurales y el ritmo de la montaña. La frescura de los brotes y el uso medido de especias completan una experiencia olfativa y gustativa que se percibe sincera y sin artificios innecesarios. Cada bocado busca equilibrio, sin sacrificar los matices originales de los ingredientes.
La selección de vinos, centrada en etiquetas mendocinas y proyectos pequeños, acompaña con discreción y atención al maridaje. Las copas, siempre adecuadas a cada propuesta, permiten que los taninos y la acidez armonicen con los sabores del menú, estableciendo un diálogo fluido entre la cocina y el terruño.
Renacer consigue que el concepto de cocina argentina moderna no sea un simple ejercicio de estilo, sino una búsqueda genuina de identidad. Su inclusión en la Guía Michelin confirma la coherencia de una propuesta donde el pasado y el presente se encuentran en armonía.