Adentrarse en Banzeiro es sumergirse en un universo donde la Amazonía despliega su potencia sensorial en pleno Itaim Bibi, uno de los enclaves más vibrantes y sofisticados de São Paulo. Allí, el espacio huye de los convencionalismos del exotismo y apuesta por una atmósfera envolvente: maderas oscuras que recuerdan las canoas amazónicas, motivos vegetales y tonos terrosos construyen un refugio sereno, donde cada elemento remite al territorio norteño. Detalles casi imperceptibles -el brillo cálido de la luz, la textura rugosa de los acabados, las ilustraciones geométricas vinculadas a las culturas indígenas- se perciben mientras se eleva desde la cocina el aroma a hojas asadas, mandioca tostada y frutos tropicales.
En la propuesta gastronómica de Banzeiro, la tradición amazónica no es un ancla estática, sino un punto de partida para una exploración sofisticada e irreverente. Roberto Siqueira, bajo la inspiración fundacional de Felipe Schaedler, entiende la cocina como gesto de respeto a la selva, explorando técnicas y productos con la precisión de quien busca interpretar sin diluir la esencia. El menú selecciona ingredientes difíciles de encontrar fuera de la cuenca del Amazonas: pirarucú -un pez de textura carnosa e intensamente sabroso-, tucupi brillante y ácido, jambu con su célebre cosquilleo, y frutas de acidez vibrante como el cupuaçu o el açaí. La mandioca, omnipresente, alterna entre la función de fondo contundente en caldos y su versión más crocante en farofas y acompañamientos.
Tensando el diálogo entre tradición y contemporaneidad, Banzeiro presenta platos donde el respeto por los tiempos y métodos amazónicos se fusiona con una estética sobria: el pirarucú llega a la mesa envuelto en hojas o como parte de una caldeirada en la que el ahumado y la acidez se superponen sin perder nitidez. Guiños a la cocina indígena aparecen en la elegancia discreta de cada composición, donde los colores naturales y las texturas crujientes evocan el entorno de origen. La experiencia es multisensorial: el perfume de especias autóctonas se entrelaza con el frescor de hierbas y la cremosidad presente en salsas espesas de nuez amazónica.
La carta de bebidas dialoga con igual destreza con el territorio, presentando cocteles que integran cachaça artesanal y licores infusionados con ingredientes selváticos, añadiendo capas de sabor inesperadas y punzantes. En Banzeiro, la Amazonía no se convierte en folclore ni souvenir: es un paisaje vivo, trasladado al plato con rigor y creatividad, capaz de desafiar y al mismo tiempo acoger el paladar paulistano.