En la trama urbana de San Salvador, La Gastroteca emerge como un punto de encuentro donde la innovación dialoga con las raíces culinarias salvadoreñas. El espacio está concebido con una elegancia sin excesos; predominan los tonos cálidos y la madera, que reposa discretamente en el entorno, creando una atmósfera que resguarda del bullicio exterior y predispone al comensal a una experiencia pausada. La iluminación, cuidadosamente regulada, baña las mesas y resalta el colorido de cada plato, mientras una selección musical serena acompaña el fluir de la velada.
El alma de este restaurante está en manos de Leslie Cortéz y Mauricio M., quienes sostienen la convicción de que la gastronomía local puede trascender los márgenes tradicionales sin perder su esencia. Su cocina parte de la reinterpretación de recetas ancestrales, desplazando los límites de lo habitual con técnicas contemporáneas que respetan el perfil de cada ingrediente. Lejos de aspavientos, aquí la atención se vuelca sobre la estacionalidad y el carácter del producto: vegetales recién cosechados, carnes deliciosamente seleccionadas y matices de hierbas propias del territorio.
El menú, en constante evolución, responde a la temporalidad de la región. Esto se traduce en composiciones que, aunque familiares en el fondo, sorprenden en la forma. Los platillos emblemáticos tienden puentes entre lo clásico y lo actual; pueden aparecer texturas inesperadas —un crujiente de maíz sobre una crema especiada, un escabeche reinventado con precisión milimétrica— y contrastes que revelan un conocimiento profundo tanto del producto local como de los recursos técnicos modernos. Las presentaciones, equilibradas y meticulosas, muestran una paleta de colores naturales y un juego de volúmenes que invita a la contemplación antes del primer bocado.
El entorno se impregna de una vibración genuina, impulsada por la convicción de que la cocina es una forma de diálogo con el entorno inmediato. Nada busca impresionar desde lo ostentoso; más bien, el trabajo diario revela un compromiso con la autenticidad y el desarrollo de una voz propia dentro del panorama regional. La Gastroteca se posiciona así como un laboratorio sereno pero inquieto, donde la gastronomía salvadoreña se piensa y se elabora con inteligencia, sensibilidad y una honestidad que deja huella en quienes exploran más allá de lo evidente.
